
A las puertas de la victoria aliada sobre el fascismo alemán y su bloque nacionalista en la II Guerra Mundial (1939-1945) las condiciones fueron propicias para llegar a un acuerdo internacional del uso ordenado de la aviación civil, motivo que llevo a los líderes de las principales naciones a convocar una conferencia en búsqueda de acuerdos referentes al transporte aéreo, convocada por los Estados Unidos de Norteamérica, para los días iniciales de diciembre de 1944. Efectuada en la ciudad de Chicago, en el Hotel Stevens, las asistentes 52 Delegaciones en nombre de sus Estados analizaron propuestas con el fin de llegar a acuerdos para la concesión de derechos de rutas a la aviación comercial. Después de varios días de debates y satisfechos los Delegados con los resultados iniciales, el 7 de diciembre, día oficial de su cierre, se tomó como acuerdo trabajar por crear una Organización Internacional de la aviación civil. Desde entonces al encuentro se le denominará Convención de Chicago, fundacional y reconocido actualmente por las 194 naciones que conforman la actual Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI). En ese momento de fundación estaba presente una Delegación del Estado cubano, encabezada por el Secretario de Estado de Cuba y donde destacaba el Ingeniero aeronáutico y Capitán de aviación Mario Torres Menier. Este, antes de cerrar la última sesión, pidió la palabra en nombre de nuestra Delegación y haciéndose eco de planteamientos de no pocos delegados, señalo la necesidad de coordinar los intereses de los Operadores aéreos y sus Estados, refiriéndose a la necesidad de llegar a discutir y acordar temas referentes a las concesiones de rutas aéreas, itinerarios de vuelos y regulación de tarifas de boletos aéreos. Este fue un aporte importante planteado por nuestra delegación, que abrió las puertas a un Comité de expertos en Derecho internacional representantes de los Estados asistentes, quienes prepararían, una vez cerrado aquel encuentro, las bases jurídicas para una Convención de Aerolíneas Internacionales, en breve tiempo, donde debían discutirse estas problemáticas y llegar a entendimientos justos que evitasen rivalidades económicas entre explotadores aéreos y políticos entre los Estados, a las puertas de una paz mundial. El aporte de nuestra Delegación se verá realizado cuando el 16 de abril de 1945 se abren las puertas del Hotel Nacional de Cuba, donde finalmente, el 19 de abril, se fundará la Asociación de Transportistas Aéreos Internacional, la IATA, de la cual Cuba es parte y fundadora como de la OACI, que hoy festejamos y fue recordada recientemente en el mismo Hotel, hoy nombrado Chicago Hilton, en la misma ciudad y con Delegados de aquellos Estados fundadores ya crecidos en número e Historia, con un mismo objetivo, contribuir a la paz mundial, mediante una aviación civil internacional prospera y segura por el bien de la humanidad y las futuras generaciones de nuestro poblado planeta.
🖋Por Carlos Concepción Puentes
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