Publicado por: TVY

Tornado formándose al sur de la pista.
Algunos solo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena, dice el dicho que queda pintado para definir nuestra relación con los profesionales de la meteorología. ¿Quién los necesita cuando hace buen tiempo? La respuesta es: todo el mundo.
Parecen hechos de una materia diferente al resto, de una pasta distinta, esta gente dispuesta a jugarse el pellejo para entender el clima, esa prueba tan bella como terrible de que el viejo mecanismo del mundo todavía funciona.
Otro refrán dice que todos somos valientes hasta que la cucaracha vuela, y cuando esa “cucaracha” es ni más ni menos un huracán, solo unos pocos, entre ellos los meteorólogos, se atreven a tratarla de tú a tú.
Corren a veces la suerte de los mensajeros que traen malas noticias, viven con la dicotomía de odiar y amar a su objeto de estudio, no son magos pero casi, traducen el estado del tiempo al lenguaje común y para ello se auxilian de las máquinas que nunca podrán sustituirlos totalmente.
Cada 23 de marzo se celebra el Día Meteorológico Mundial, una conmemoración para significar el notable aporte de los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales al bienestar de la sociedad, este año bajo el lema: “El Sol, la Tierra, el tiempo”.
En esa profesión que puede tocar los extremos de la fama y el anonimato, son imprescindibles los meteorólogos aeronáuticos, quienes hacen más segura la aviación al aportar información precisa a pilotos y oficiales de operaciones.
Uno de ellos es el matancero Henry Delgado Manzor. Tiene 34 años y es meteorólogo del Aeropuerto Internacional “Juan Gualberto Gómez”, la puerta ancha por donde entra un 20 por ciento de los visitantes a Cuba.

Henry Delgado Manzor, uno de los 6 profesionales que laboran en Oficina Meteorológica del Aeropuerto Internacional “Juan Gualberto Gómez”, de Varadero.
Los turistas no tienen ni idea, pero su viaje de ida y vuelta a Varadero, el mundialmente famoso destino turístico cubano ya reconocido en el top de las playas del planeta, depende en gran medida de la labor de personas como Henry. Esta es solo una pequeña parte de la historia de este joven, en su propia voz:
Un día cualquiera
“Cada día de trabajo en la oficina es diferente y dinámico, teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas imperantes en ese momento sobre el aeródromo. Ese día debes llegar sin ningún problema o preocupación que hayas dejado en casa, con la única preocupación de hacer bien tu trabajo.

Su mesa de trabajo en un día normal.
“Hay que tener todos los sentidos bien puestos cuando se trabaja para miles de personas pendientes del informe que te corresponde emitir para saber si se retrasa su vuelo o si deberán cambiar su destino y aterrizar en un aeropuerto alterno.
“Ese día en que estás trabajando ayudarás al piloto a tomar decisiones. Tienes que estar muy bien preparado y con una capacidad de respuesta elevada para interpretar los cambios del tiempo.
“Con tu trabajo ayudarás a otras personas a tomar medidas tan complejas como cerrar el aeródromo por causa de las malas condiciones meteorológicas que impiden el aterrizaje o despegue de una aeronave.
“Mi trabajo consiste en realizar observaciones meteorológicas a intervalos fijos -cada una hora- y observaciones especiales siempre que ocurran cambios específicos con respecto a alguna de las variables meteorológicas, ya sea el viento, la visibilidad, el alcance visual de la pista, las nubes, tiempo presente y la temperatura del aire.
“Con todos estos datos se conforma un mensaje meteorológico que se codifica en un formato estándar en conformidad con los reglamentos de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) y la OMM (Organización Meteorológica Mundial) y se transmite a través de un sistema de comunicaciones instantáneas, el cual llega en tiempo real a todos los aeropuertos del mundo.
“Desde cualquier parte del planeta un meteorólogo puede conocer las condiciones meteorológicas en Varadero y, a su vez, informar de ello al piloto que viajará hacia nuestro aeropuerto, igual yo desde aquí puedo saber exactamente cómo anda el tiempo en, por ejemplo, cualquier aeropuerto de Canadá o España”.
Más sabe el diablo…
“El meteorólogo aeronáutico tiene que tener la capacidad de estar constantemente observando el tiempo sobre su aeropuerto y su vecindad, para poder identificar los posibles cambios significativos del tiempo, para poder determinar las condiciones adversas para la navegación aérea y su posible repercusión en las operaciones aeronáuticas.
“Hay que conocer y comprender los fenómenos meteorológicos característicos de nuestra región, por ejemplo, el aeropuerto de Varadero tiene sus características particulares.
“Geográficamente se ubica aproximadamente a 6 kilómetros de la costa, al oeste tiene muy cerca al río Canímar, esto puede traer consigo canalización del viento y provocar turbulencia, sobre todo en la fase de aproximación de las aeronaves.
“En el inverno el aeropuerto está afectado por los frentes fríos y los vientos del norte, en verano por las grandes tormentas que se forman al sur del aeródromo. Todos estos detalles hay que tenerlos muy en cuenta para poder entregar un informe meteorológico preciso y bien detallado a cada piloto que te lo solicite.
“En el aeropuerto llevo trabajando ya 4 años, anteriormente trabajé durante 5 años en la estación meteorológica de Varadero -de intercambio regional- donde aprendí muchísimo y tuve grandes amigos.

La formación de grandes tormentas sobre el aeródromo es muy común en verano.
“Fue en esa estación donde aprendí a hacer observaciones, a conocer los tipos de nubes y sus características, a familiarizarme con los instrumentos meteorológicos, en muchos casos yo mismo los reparaba o les daba mantenimiento. Fue ahí donde me hice observador, una de las profesiones más bonitas e importantes -para mí la más importante- dentro de la meteorología.
“Desde que comencé a trabajar en la oficina me fui enamorando de esta rama de la meteorología. Muchos meteorólogos consideramos a la aviación como la madre de la meteorología moderna; esta se ha desarrollado a la par de la aeronáutica”.
Amar lo que haces…
“El trabajo del meteorólogo aeronáutico es poco conocido y divulgado, sin embargo, están ahí y son muy importantes, teniendo en cuenta que el tránsito aéreo se duplica cada 15 años, la competencia y la congestión del tráfico van en aumento, y las exigencias de la navegación aérea están en constante evolución. “Hoy en día la seguridad aérea reviste la máxima importancia, por lo que la demanda de una mayor gama de servicios meteorológicos que está en aumento. Aún hoy meteorólogos y aviadores debaten sobre la forma de hacer frente a los retos futuros de optimizar el apoyo de la meteorología aeronáutica al trasporte y la navegación aéreos.
“Ahora mismo vivimos una época en la que se realza la meteorología aeronáutica, pues disponemos de muchos más datos y conocimiento científico, pero hay que seguir desarrollándose porque la aviación es uno de los sectores de la economía más sensible a las condiciones meteorológicas.
“En mi opinión los meteorólogos tienen que colaborar estrechamente con los usuarios de este servicio, así como también con los investigadores para seguir desarrollando nuevos servicios confiables.
“Recuerdo especialmente una anécdota: al poco tiempo de comenzar a trabajar en el aeropuerto estaba una noche de turno y las condiciones se tornaron favorables para la ocurrencia de neblina (viento del sur prácticamente en calma y cielo despejado), lo cual me permitía saber que la neblina podría cubrir la pista durante la madrugada y llegara a convertirse en niebla (cuando la visibilidad se reduce a 1000 metros o menos).
“Me preocupé porque esa madrugada llegaría un vuelo procedente de Rusia. Tal y como preví la neblina comenzó a cubrir toda la pista y a reducir la visibilidad. Pronto llegaría el vuelo y para complicar la situación la visibilidad se redujo a menos de 1000 metros, tenía una niebla densa sobre toda la pista, apenas se podían ver las luces de señalización.
“Rápidamente emití una observación especial dando a conocer la situación meteorológica sobre el aeródromo y aviso al controlador aéreo y este a su vez se comunicó con el piloto, quien estaba ya próximo a aterrizar.
“El piloto tomó la decisión de desviar la aeronave hacia un aeropuerto alterno, hizo un sobrevuelo sobre la pista e informó que no se podía ver porque la niebla la cubría totalmente. Ese día me di cuenta de la importancia de mi trabajo y de hacerlo bien.
“Las demoras importantes de los vuelos en las regiones con alta densidad de tránsito aéreo guardan relación con las condiciones meteorológicas, tales como la convección, la turbulencia, la niebla, el viento, la nieve o los ciclones tropicales, y casi la mitad de los accidentes aéreos se producen por causa de condiciones meteorológicas desfavorables.
“Además, ya tenemos que tener en cuenta el cambio climático porque puede influir en la demanda de viajes por vía aérea y en la elección del destino. Los aeropuertos costeros podrían verse afectados por mareas de tempestad agravadas por el aumento del nivel del mar y por tormentas más fuertes.
“El cambio climático puede conducir a cambios de temperaturas máximas, la turbulencia, la intensidad de los huracanes, la frecuencia e intensidad de las descargas eléctricas, lo cual tendría repercusión para la aviación.”
…y hacer lo que amas
“La verdad me gusta lo que hago y me siento bien ahí, la meteorología es lo que más me apasiona. También practico la espeleología y la radioafición, pero la meteorología fue la que me atrapó en verdad.
“Desde pequeño siempre me gustó todo esto de saber sobre el tiempo, los ciclones, los frentes fríos, los tornados…decidí hacerme meteorólogo a raíz del huracán Michelle que pasó por Cuba el 4 noviembre de 2001.
“Hoy tengo mi estación meteorológica personal en casa, con mis instrumentos y cuando no estoy en el aeropuerto estoy en casa monitoreando lo mismo la temperatura que la humedad, la presión atmosférica, o el viento.
“Mi mayor satisfacción es cuando me llama algún amigo o vecino y me pregunta sobre cómo estará el tiempo porque tiene que tomar un avión hacia Europa o Norteamérica.
“Igual en el aeropuerto cuando se te acerca un piloto y te pregunta cómo está el tiempo en el aeropuerto de La Habana, en el de Santiago de Cuba o en uno del extranjero, y después te agradece la información que le brindas.
“Un día un viejo piloto muy experimentado y agradecido por nuestro trabajo me dijo que nosotros somos los verdaderos Guardianes del Tiempo y el Espacio Aéreo, eso me emocionó tanto que me sacó una lágrima”.( Roberto Jesús Hernández)