La aviación no es un trabajo, para los que nos gusta, la aviación es un placer.

Entrevista realizada al Capitán Armando Barreras Cairo.
La Habana, 11 de febrero de 2020.
Por: Claudia García Casañas.

Llevaba mucho tiempo con ganas de hacer esta entrevista a uno de los hombres más sorprendentes y valientes que en mi opinión ha existido en la aviación. Cuando hablamos de trabajadores de la Aviación Civil es imposible dejar de mencionar al Capitán de aeronave retirado de la aerolínea Cubana de Aviación Armando Barreras Cairo, quien es un vivo ejemplo de trabajo constante, y un recordatorio de que la aviación cubana tiene una bella historia.

Conversar con él fue una experiencia inolvidable; Barreras, como se le conoce, ha sido y será un ejemplo de trabajo constante, de esfuerzo y de disciplina en la aviación; que son claves fundamentales para alcanzar el éxito en el ejercicio del deber en este sector.

Puede hablarnos un poco sobre quién es Ud., su familia, sus padres, sus hijos…

-que difícil, que difícil es hablar de uno – dice riendo –Yo nací en Camagüey, en la misma ciudad de Camagüey en el año 1937; allí pasé mi infancia, ya después me hice mayor, estudié bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey hasta 3er año de bachillerato, después vinieron los problemas de país y el instituto estuvo cerrado por un tiempo. Después me incorporé al movimiento 26 de julio desde sus inicios.

Tendría en esa época, en el 54 o 55, calcula ahí la edad – dice a modo de chiste –18 años aproximadamente. En el movimiento estuve haciendo algunas labores de propaganda, vender bonos; después formé parte de las Milicias del 26 de julio y más tarde por cosas del destino me fui para la Sierra, pero fui para el Escambray, en el mes de octubre de 1958, por ahí, hasta que terminó la etapa insurreccional.

¿Siempre fue su sueño ser piloto?

-Siempre fue mi sueño, desde muy pequeño, desde que me hice aeromodelista. Después a través del aeromodelismo conocí a muchos pilotos, y así iba al aeropuerto y me pasaba la vida con los pilotos, pude reunir algún dinero de lo que me daban y me regalaba mi padre, con eso tomé mis primeras horas de vuelo. Ya al Triunfo de la Revolución, tenía poquitas horas de vuelo y dije: ¡para la Fuerza Aérea! – sonríe – ¡e ingresé en la Fuerza Aérea!

¿Qué significó para Ud. ese momento, formar parte ya de las Fuerzas Aéreas, cumplir ese sueño?

– ¡Imagínate! Después de tantos años, era algo extraordinario, porque en Cuba era muy difícil ser piloto, tener una carrera como piloto. Llegabas a ser piloto de fumigación, pero entrar a una empresa aérea o a las Fuerzas Armadas, era muy difícil, y para mí fue un sueño.

Y allí en la Fuerza Aérea me desarrollé como piloto, hasta que vino la intervención de Cubana de Aviación, a raíz del secuestro del IL-18; y nos trasladaron para Cubana de Aviación.

¿Cómo fue su primer vuelo?

– Era una cosa como esperada – dice sonriendo- sabía que iba a sentir, que iba a pasar.

Mi primer vuelo fue en Camagüey en los años cincuenta y pico, había una escuela de aviación; entonces yo terminé mi 3er grado y mi hermano el 2do grado de primaria, y mi papá que sabía cómo me gustaban los aviones, nos llevó a la escuelita de aviación y alquiló un avión, y así nos montamos mi papá, mi hermano y yo, y ese fue mi primer vuelo.

¿Qué le aportó desde el punto de vista personal esta profesión?

-Esta profesión es muy hermosa, tiene que gustarte. Tienes sus riesgos, los que casi nunca uno valora, sobre todo cuando empiezas a volar, piensas que no hay riesgos y los hay, pero es segura, muy segura, y sobre todo si tú haces las cosas con disciplina; y volar es como un placer, no es una obligación, para los que nos gusta, la aviación no es un trabajo, para los que nos gusta, la aviación es un placer – sonríe.

¿Qué característica distingue a las personas que trabaja en el sector de la aviación?

-En primer lugar, amor a su trabajo; y segundo la profesionalidad que requiere cada puesto de trabajo en la aviación; ya sea volando, ya sea en control de tránsito aéreo, ya sea mecánico, ya sea de cualquier rama de la aviación. La profesionalidad, es muy importante, así como el sentido de responsabilidad y el sentido de pertenencia. Es decir: disciplina, mucha disciplina; entrega total a la aviación; y amar su trabajo.

Me han contado que Ud. fue piloto ejecutivo ¿Que se sintió volar con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz?

-Imagínate, Fidel era Fidel. Su afecto, su cariño, su preocupación por todos nosotros – dice con ojos llorosos – Recuerdo que en un largo recorrido que se hizo, a principios del año 72, estuvimos primero en Argelia y después en varios países de Europa del este, ya llevábamos como un mes, y Fidel un día en la cabina nos dijo “miren ustedes llevan mucho tiempo aquí y ya deben estar cansados, yo voy a pedir un relevo” y ahí mismo todo el mundo dijo “nosotros aquí, hasta que esto terminé” –sonríe y vuelve a decir- ¡Fidel era Fidel!

El bloqueo impuesto por el Gobierno de los EEUU a Cuba afecta las operaciones comerciales del sector. ¿Pudiera comentarnos su opinión?

-Realmente es muy difícil – expresa refiriéndose al embargo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba- mantener un status aeronáutico elevado en condiciones comerciales, porque la aviación requiere del comercio, las afectaciones han sido muchas. Pero a pesar del bloqueo, Cuba ha mantenido un magnífico índice en las comunicaciones aeronáuticas, en la navegación, en los controles de radar, siempre en altísimo nivel comparado con otros países de América Latina.

¿Con que frase Ud. definiría a la Aviación?

– Pienso que la aviación está llena de nobles propósitos, mantener una comunicación entre todos los países del mundo, mantener los beneficios que conlleva el trasporte de pasajeros y de carga, y crear un núcleo de personas que aman su profesión y que les gusta la aviación.

¿Qué consejo pudiera darles a las nuevas generaciones que están ingresando en el sector?

-Que sean estudiosos, que se superen cada día más, que sean disciplinados y que vean la aviación no solo como un medio de vida sino como algo que nos ayuda a ser mejores.