Con la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas el 23 de agosto de 1960 se cerraba un largo ciclo de luchas por la liberación y el derecho social de las mujeres cubanas, desde las representadas por Ana Betancourt en la manigua, hasta las heroínas del llano y de la Sierra en la definitiva liberación nacional.
Las mujeres cubanas desde enero de 1959 estaban llamadas a ocupar, por la dirección de la revolución, un protagonismo mayor en el desarrollo socioeconómico de nuestra nación, que abarcaban todas las esferas económicas y sociales. Para lograr aquel objetivo fue imprescindible un primer paso: La creación de la FMC.
Un motor impulsor para el surgimiento de nuestra organización femenina fue el Primer Congreso Latinoamericano de Mujeres, a efectuarse en Santiago de Chile del 19 al 22 de noviembre de 1959. En él era imprescindible la participación de la mujer cubana, que hasta entonces se agrupaba en diferentes organizaciones como las del Movimiento 26 de Julio o las del Partido Socialista Popular, entre otras. En la preparación, el apoyo logístico y traslado de la representación cubana ayudó de forma directa la aviación civil cubana en Revolución.
Vilma Espín, junto a otras destacadas personalidades femeninas, como Haydee Santamaría, Celia Sánchez, Elena Gil y Alicia Alonso, comenzaron a organizar la Delegación que abarcaría todos los sectores de la sociedad cubana, incluida las jóvenes campesinas y las amas de casas. En la sede de la Casa de Las Américas se iniciaron los preparativos en coordinación con la nueva dirección de Cubana de Aviación, que planifico el vuelo de un avión Super G Constellation a través de Panamá y Lima, hasta Santiago de Chile, para trasladar a la representación cubana integrada por unas 70 delegadas, el día 17 de noviembre de aquel primer año de Revolución.
Los preparativos incluyeron confección de pasaportes, visados y otros aseguramientos logísticos, incluido una bella despedida a la que asistió entre otros dirigentes de la Revolución, el Comandante Ernesto Che Guevara y el Capitán Antonio Núñez Jiménez.
El vuelo se desarrolló normalmente, aunque al arribo al aeropuerto de Los Cerrillo en Santiago de Chile, fueron retenidas a bordo del avión por relativo corto tiempo.
Al descender fueron recibidas por la prensa local e internacional que dio seguimiento y entrevistas a las delegadas cubanas durante los días del evento, en que su Jefa de Delegación, la joven de 28 años de edad, Heroína del Llano y de la Sierra, Vilma Espín, participaba de la Presidencia del Congreso y ratificaba el apoyo de las mujeres cubanas a la emancipación de las mujeres Latinoamericanas. El Congreso fue todo un éxito, y puso en alto el nombre de la Revolución cubana que daba sus primeros pasos en el mejoramiento social de una patria libre. A partir del regreso de la Delegación el trabajo de unidad de las féminas cubanas fue mayor, abarcó todos los sectores sociales y económicos, hasta que el 23 de agosto de 1960, con la presencia del líder histórico de la Revolución cubana, nuestro Comandante en Jefe, se constituye la Federación de Mujeres Cubanas, a lo cual, entre otros, aportó su ayuda la aviación civil cubana en revolución, donde pronto, el 5 de octubre del año fundacional, crea su Filial de la FMC en el aeropuerto internacional José Martí, aquel que las vio despegar, en un vuelo que hoy cumple 61 años de arduo trabajo y lucha, donde su tripulación femenina sigue llevando al mundo su ejemplo y solidaridad de la mano de tantas colaboradoras internacionalistas seguidoras del ejemplo de sus primeras abanderadas al Congreso Latinoamericano de Mujeres.